viernes, 16 de octubre de 2009

UNIVERSIDAD JUAREZ AUTONOMA DE TABASCO
DIVISION ACADEMICA DE EDUCACION Y ARTES
LIC. EN COMUNICACIÓN
MATERIA
Literatura Hispanoamericana
GRUPO 7º E
INTEGRANTES:
Suárez Córdova Adi Yesenia
Vinagre Almeida Crystyan
González Acosta Dora Lidia
Díaz Morales David
Javier Sánchez Guadalupe
Tagle Osorio Marisol
Juan Bautista Aguirre

“A unos ojos hermosos” Juan Bautista Aguirre”

Ojos cuyas niñas bellas
esmaltan mil arreboles,
muchos sois para ser soles,
pocos para ser estrellas.

No sois sol, aunque abrasáis
al que por veros se encumbra,
que el sol todo el mundo alumbra y vosotros le cegáis.

No estrellas, aunque serena
luz mostráis en tanta copia,
que en vosotros hay luz propia
y en las estrellas, ajena.
muerte no, que sois hermosos.


No sois fuego, aunque os adula
la bella luz que gozáis,
pues con rayos no abrasáis
a la nieve que os circula.

No sois agua, ojos traidores,
que me robáis el sosiego,
pues nunca apagáis mi fuego
y me causáis siempre ardores.

No sois cielos, ojos raros,
ni infierno de desconsuelos,
pues sois negros para cielos
y para infierno sois claros.


No sois lunas a mi ver,
que belleza tan sin par
ni es posible en sí menguar,
ni de otras luces crecer.

No sois ricos donde estáis,
ni pobres donde yo os canto;
pobres no, pues podéis tanto,
ricos no, pues que robáis.

No sois muerte, rigorosos,
ni vida cuando alegráis;
vida no, pues que matáis,
Y en haceros de este modo
naturaleza echó el resto,
que, no siendo nada de esto,
parece que lo sois todo.


Y aunque ángeles parecéis,
no merecéis tales nombres,
que ellos guardan a los hombres
y vosotros los perdéis.
No sois diablos, aunque andáis
dando pena a los que vieron,
que ellos del cielo cayeron,
vosotros en él estáis.

No sois dioses, aunque os deben
adoración mil dichosos,
pues en nada sois piadosos
ni justos ruegos os mueven.

OBRAS

Su romance "A una dama imaginaria", o aquellos versos antológicos que tituló "A unos ojos hermosos", descubren el escondido encanto con que sabía tratar el tema del amor... Cuando le reclaman los asuntos religiosos suele trazar cuadros dinámicos llenos de fuerza o de colorido, como los de "Llanto de la naturaleza humana después de su caída por Adán" y "A la rebelión y caída de Luzbel y sus secuaces". Cuando le mueve la preocupación moralizante escribe sonetos con el símbolo de la rosa, que fue tan familiar en las letras latinas y españolas.

Precisamente la alegoría y los símiles de la rosa, en las aludidos sonetos y aun en la encomiada "Carta a Lisardo", este último poema, es de lo mejor que han producido las letras
“No fue un genio anticipador ni tampoco un creador pero viviendo permanentemente en ambigua tensión entre lo barroco y la ilustración, trató de llegar a la verdad”.

DATOS CURIOSOS

El 15 de Agosto de 1758, de 33 años, hizo profesión del Cuarto Voto jesuita y adoptó los nombres de Juan Bautista, que él mismo escogió. Desde entonces pasó a ser considerado entre los padres superiores con derecho a dirigir las Fundaciones, colegios, universidades y misiones de la Compañía de Jesús.
Negó la teoría de la generación espontánea que se venía sosteniendo desde los tiempos de su inventor Aristóteles
Lamentablemente esta disposición no pudo cumplirse debido a la escasez de fondos que sufría el Cabildo, ( fue cuando Juan Bautista regresa a Guayaquil crea el poema “Quito” que contiene humos descriptivo de una ciudad que se le ha convertido en maldita:
Buscando un lugar maldito
A qué echarme su rigor,
Y no encontrando otro peor,
Me vino a botar a Quito.
A Quito otra vez repito
Que entre toscos, nada menos,
Vario diversos terrenos,
Siguiendo, hermano, su norma,
Es un lugar de esta forma,
Disparate más o menos.





Piojos, mala comida, procesiones espantosas e impías aunque lleven “cien cristos en montón”, pobreza, robos los forasteros, frailes que no cumplen los votos y chismes mentiras publicas; forma una visión desolada.
Guayaquil intentaba desarrollarse por su propio esfuerzo, pero estaba tan abandonada por el poder central de la Audiencia de Quito y de la Corona Española, que carecía de las más elementales necesidades urbanísticas. Sus calles presentaban características deplorables, pues carecían de pavimentación, y constantemente ya sea por las lluvias o por el desbordamiento del río y los esteros se convertían en verdaderos lodazales. Fue entonces que, por propia iniciativa y en procura de mejorar las características urbanas de la ciudad, en 1742 el Cabildo dispuso que se construyan calzadas de piedra en las bocacalles de Ciudad Nueva.