Lamentablemente esta disposición no pudo cumplirse debido a la escasez de fondos que sufría el Cabildo, ( fue cuando Juan Bautista regresa a Guayaquil crea el poema “Quito” que contiene humos descriptivo de una ciudad que se le ha convertido en maldita:
Buscando un lugar maldito
A qué echarme su rigor,
Y no encontrando otro peor,
Me vino a botar a Quito.
A Quito otra vez repito
Que entre toscos, nada menos,
Vario diversos terrenos,
Siguiendo, hermano, su norma,
Es un lugar de esta forma,
Disparate más o menos.
Piojos, mala comida, procesiones espantosas e impías aunque lleven “cien cristos en montón”, pobreza, robos los forasteros, frailes que no cumplen los votos y chismes mentiras publicas; forma una visión desolada.
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