viernes, 16 de octubre de 2009

LEGADOS

Su poesía no solamente fue triste y desesperanzada, también cantó a los hermosos ojos de las niñas bellas y a una dama imaginaria solo por diversión. Requiebros inocentes de don Quijote a la inalcanzable Dulcinea que no poesía erótica propiamente dicha y en un certamen convocado por la Academia Pichinchense, por el nacimiento del niño Jesús, triunfó cantando el arrepentimiento de la especie humana.

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