viernes, 16 de octubre de 2009

LEGADOS

En materia de burlas abundó varias veces al tratar de un tonto que al ver sus poesías creyó que eran de otro y así nació el epigrama “Carta a Zoilo” y luego “A un Zoilo” y extractadas de una epístola dirigida a su cuñado Jerónimo de Mendiola y Obregón la célebre composición “Breves diseños de las ciudades de Guayaquil y Quito”. Espejo escribiría que su maestro Aguirre tentó un poema heroico sobre San Ignacio de Loloya pero que le había faltado deseos de concluirlo y quedó como simple fragmento con el título de “Monserrate”.

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