viernes, 16 de octubre de 2009
INICIOS
Desde 1756 hasta 1758 desempeñó con singular esmero la cátedra de Filosofía, y luego la de la Teología Moral, pues “su fantasía estática y elegante, talento perpicaz y memoria admirable” le sirvieron para aficionarse a toda novedad científica y a toda experimentación, intentando una renovación en los métodos empleados para instruir y enseñar, aceptando el valor de la razón, el espíritu científico, la intención crítica y las ciencias experimentales como únicas vías lógicas para llegar a la verdad,
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